La cuestión es, ¿de qué manera se libera una persona de la esclavitud del pecado? Son varios los pasos necesarios para conseguirlo.
Convencimiento
No podemos dejar de pecar si ames no reconocemos que está mal. Para este fin, lo primero que Dios hace es enviar al Espíritu Santo para convencemos de que nuestras acciones son incorrectas (Juan 16:8).
Arrepentimiento
Una vez coloqué un letrero en el cristal de mi automóvil, que decía: "Si vas por el camino equivocado, Dios permite dar vueltas en U”. El arrepentimiento significa que nos sentimos tristes por nuestros pecados y. en consecuencia, nos alejamos de ellos. La salvación tiene que ver con estas "vueltas en U”. Cuando el Espíritu Santo nos convence de que somos pecadores, nos arrepentimos. Deseamos que la dirección que lleva nuestra vida dé un giro completo.
Justificación
La Biblia nos adviene que "la paga del pecado es muerte" y señala que todos hemos pecado (Ro- manos 6:23). No hay un solo ser humano que por sí mismo califique para la vida eterna. No obstante. Dios nos ama y desea que pasemos la eternidad con él. Por tanto, diseñó un plan que le permitiera justificamos y hacemos dignos de obtener la vida eterna. Obviamente, no podemos recibir esa justificación por el simple hecho de respetar al pie de la letra las leyes de Dios. En vez de ello. Dios nos da su propia justicia. Acredita en nuestra cuenta su propia vida santa (Romanos 3:20-22; 4:1-5), de manera que aun cuando nuestro carácter conserve algunos defectos, apareceremos perfectos ante Dios. La Biblia llama "justificación” a esta transacción.
Conversión
Al mismo tiempo que Dios nos justifica, también transforma nuestro interior mediante un proceso llamado “nuevo nacimiento” o "conversión" Pablo le da el nombre de "renovación" de la mente El profeta Ezequiel lo llama hacerse de "un corazón nuevo" (Romanos 12:2; Ezequiel 18:31). La conversión nos cambia por dentro, así que los pecados que un día amamos, al siguiente los odiamos. Las personas convertidas piensan en forma diferente a las no convertidas. Las cosas que antes no tenían sentido para nosotros, de pronto lo tienen.
Santificación
Muchas personas piensan que basta con dejar de pecar para ganar el favor de Dios. Por supuesto, es verdad que Dios desea que no pequemos más. Sin embargo, dejar de pecar es el último paso del proceso de salvación, no el primero. Esforzarse para vencer al pecado antes de estar convencidos de su existencia, de arrepentirse del mismo y experimentar justificación y conversión, ¡seria como tratar de construir el techo de una casa antes de colocar los cimientos!
Seguramente será necesario realizar un gran esfuerzo para superar nuestros pecados y adicciones, pero una vez que experimentemos la convicción del pecado, el arrepentimiento, la justificación y la conversión, tendremos el poder de Dios que nos ayudara a poner un alto al mal comportamiento. La Biblia llama "santificación" a este proceso de obtener la victoria sobre el pecado.
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