“He visto asimismo que toda obra bien hecha despierta la envidia del hombre contra su prójimo” (Eclesiastés 4:4, RV95).
Cada vez que leo el versículo bíblico de hoy quedo intrigado con lo que afirma Salomón. ¿Logras captar la esencia de su mensaje? El Sabio dice que alcanzar el éxito puede provocar la envidia de tus compañeros, como les pasó a José (Génesis 37:11), a Moisés (Números 12), a David (1 Samuel 18:5-9) o a Daniel (Daniel 6), entre muchos otros. Pero en todos estos casos, los envidiosos fracasaron rotundamente.
Te pregunto: ¿Eres de los que hacen bien su trabajo o eres de los que envidian a los que alcanzan el éxito? Mientras que la envidia amarga el corazón y corroe hasta los huesos, Dios tiene para ti una grandiosa promesa: “El que hace bien su trabajo, estará al servicio de reyes” (Proverbios 22:29). Así que hoy y siempre procura hacer lo mejor, especialmente cuando sirves al Rey del universo.
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