“Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada […], ni en este siglo ni en el venidero” (Mateo 12:31, 32, RV95).
Supongo que al leer el texto que da inicio a la lectura de hoy te da curiosidad por saber cuál es ese pecado que Dios no puede perdonar. Sin embargo, quizás ha- yas pasado por alto que lo primero que Cristo dice es que “todo pecado […] será perdonado”. Estas palabras son claras y contundentes. Nunca debes creer que has cometido un pecado, por grave que sea, que está fuera de los límites del perdón divino. Todo pecado será perdonado por lo menos setenta veces siete (Mateo 18:22); es decir, cada vez que acudas a Dios en busca de su perdón. Dios perdonó la traición de Pedro (Juan 21:15-19), el adulterio y el asesinato cometidos por David (2 Samuel 12:13), todas las atrocidades de Manasés (ver 2 Crónicas 33); por lo tanto, él también te perdonará todas las veces que te arrepientas de tus pecados.
Sí, sé que de todas formas quieres saber cuál es el pecado contra el Espíritu Santo. El pecado contra el Espíritu no es un acto, sino un estado. La Biblia dice en Hechos 5:3 que la mentira es un pecado contra el Espíritu Santo; pero nadie duda que Dios puede perdonar al mentiroso. En Efesios 4:30 Pablo nos advierte que nuestras acciones pueden entristecer al Espíritu Santo, lo cual implica que, en realidad, no existe un pecado que no sea cometido contra el Espíritu. Pero la declaración de Jesús no se refiere a actos, sino a una condición de permanente rechazo a la voluntad de Dios.
Mateo dice que los fariseos y escribas rechazaron la obra que el Espíritu estaba haciendo por medio de Jesús y se la atribuyeron a los poderes de Satanás (12:24). El pecado de ellos consistió en permanecer en un estado de incredulidad y desprecio contra Cristo. Aunque los fariseos pecaron contra el Espíritu, como vemos en Mateo 12:24-31, la Biblia dice que muchos de ellos recapacitaron, entregaron su vida a Cristo y se unieron a la iglesia (Hechos 15:5). No permanezcas en tu pecado. Ven a Jesús. El te perdonará, como dice la etiqueta de hoy.
Por: J. Vladimir Polanco
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