Concejos de como ser una buena madre.


Tus hijos ríen la mayor parte del tiempo. Les enseñaste la importancia que tiene compartir, por más que les haya costado, consideras importante que sepan que cuanto más den, más tendrán.



Decirles que NO cuando es debido es parte de tu estrategia al criarlos; aunque a veces no darles con el gusto y tener que verlos llorar, te duela más a ti que a ellos.
Les enseñas que hay 4 palabras mágicas en el mundo que dichas con intención pueden abrir cualquier puerta en la vida. Perdón, gracias y por favor, forman parte de su vocabulario diario.
Su bienestar físico está antes que el tuyo. Eres la última en acostarte, la última en arreglarse a la hora de salir, y la última en servirse la comida.
Cuando algo les duele, o los lastimó, nada es mejor que la falda o el hombro de mamá.
Los rescatas de los fantasmas, de los duendes que se esconden debajo de la cama, de la oscuridad, de esos sueños que los despiertan llorando, de los truenos y del ruido del viento.
Abrazarlos es tu deporte preferido, y cortar el abrazo, más difícil que levantarte de la cama en tu día libre.

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