LEÑA QUE INCENDIA LA CASA
La leña puede ser de calidad y dar muchas calorías, pero esta debe estar en el lugar adecuado, es decir dentro del hogar. Si el fuego sale fuera del hogar puede incendiar la casa.
“Cuando José tenía 17 años apacentaba las ovejas con sus hermanos. Por ser aún joven estaba con los hijos de Bilha y los hijos de Zilpa, esposas de su padre. Y José contaba a su padre la mala fama de ellos” (Gén. 37:2)
Jacob nunca logró controlar a su familia. Comenzó mal casándose con dos hermanas, Lea y Raquel, a pesar de su mala experiencia fraternal. Dice el texto que “Jacob amaba a Raquel” lo que incrementaba la rivalidad y los celos entre ellas. Más adelante sacó el fuego de su amor fuera del hogar y tuvo hijos también con las siervas de sus esposas, Bilha y Zilpa. Ese amor compartido entre cuatro mujeres le trajo muchos problemas. Llevar el fuego del cariño fuera de la familia acaba incendiando la casa, y Jacob no supo mantenerlo dentro de su hogar.
El texto añade que “José contaba a su padre” las fechorías de sus hermanos. Los chismes, la crítica y las mentiras dentro de la familia son otros tizones que pueden provocar incendios. Como Jacob tuvo hijos con las cuatro mujeres éstos vivieron envidiándose unos a otros. Pero el incendio familiar llegó dramáticamente a la casa de Jacob cuando José desapareció. El padre creyó que había sido despedazado por alguna fiera y lloró amargamente la pérdida de su hijo, deseó morirse y durante muchos años nada le pudo consolar.
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