¿Ojo por ojo y diente por diente?




Cuando escuchas el consejo bíblico de ama a tus enemigos y sigue orando por los que te persiguen, parece ser un hermoso precepto idealista…

Pero que está fuera de lugar en el mundo actual.

Pues te equivocas. En el mundo de hoy, enfermedades del corazón y presión alta son muy comunes ¿Saben cuales son las principales causas?



El Resentimiento

Todos tenemos una reserva de energía al despertar cada mañana. Pero cada vez que piensas en algo negativo, la vas gastando inútilmente.

En el camino de la cama a la ducha, en lo que te desayunas, puedes pensar y destruir a tus enemigos en tu jaula interior.

En la cárcel de tu imaginación, encierras a tu jefe y lo humillas.

Y ese amor que te traicionó, camina de rodillas ante ti suplicando tu perdón y tu como princesa lo castigas con el látigo de tu desprecio.

Y cuando finalmente estás rumbo al trabajo, o la escuela…

Ya te acabaste toda tu energía. Y te sientes enferma, mal y sin ganas de hacer nada.

Y cuando vuelves a ver a esa persona, está tan radiante como siempre “pero si la aniquilé en la mañana” No. La única que se aniquiló…

Eres tú.

Todas esas personas que te hirieron, se reirían si supieran que por ellas sufres. Cuando piensas en ellas, les das poder sobre ti y te haces su esclava.

Si te hicieron algo, actúa desde un punto de vista de responsabilidad ¿Qué puedo hacer al respecto? ¿Qué puedo hacer para mejorar la situación existente?

Y hazlo. Si ya no hay nada que hacer, quema esos recuerdos como cenizas y que se los lleve el viento, así, ya no ocuparán espacio en tu interior.

Nunca le des a nadie poder sobre tus pensamientos y tu salud. Remedia lo que se pueda y si no eres tan mártir como para perdonar al que te hizo daño, cuando menos actúa con amor hacia ti, desterrándolo a las tierras del olvido.

Mejorarás tu salud y tendrás más tiempo para pensar en cosas que si te hagan feliz.

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