Mamá:
Estas palabras no alcanzarán a agradecerte suficientemente lo mucho que has hecho por mí, pero ¡gracias igualmente, mamá, sólo Dios sabe qué sería de mí sin tu presencia! Le doy gracias a él porque no pudo escoger mejor mujer para ser mi madre y guía.
Mamá, admiro mucho tu fortaleza del día a día
Sabes ser madre, amiga y abuela a la vez; conoces los gustos de cada uno, y eres perfectamente capaz de leernos la mente. Creo que no me alcanzaría la vida para agradecer merecidamente todo tu esfuerzo; me gustaría dar mucho más de lo que tengo, porque sé que lo que doy no es nada comparado al cariño que me das.
Quisiera tener tu presencia eternamente, pero sé que la vida no lo permitirá porque desgraciadamente no se le puede hacer una excepción en ese aspecto, aunque mujeres como tú deberían ser eternas.
Gracias por guiar mis pasos, por ser parte de mis risas, y por ser apoyo para toda la familia, gracias también por ser tan buen ejemplo de madre para tus hijas. Yo aún no tengo la dicha de tener esa personita a mi lado que cada mañana al levantarse me diga MAMÁ, pero creo que la primera vez que la escuche lloraré de alegría porque como tú dices siempre, el amor hacia un hijo no se compara con nada, es el amor más puro y sincero, no tiene barreras.
Dios me permita algún día tener tu paciencia y tu fortaleza, y que mis hijos se sientan tan orgullosos de mí como lo estoy yo de ti.
Te amo mamá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario