No pudiste viajar, pero pudiste
dedicarle más tiempo a tus hijos.
Tuviste que ponerte una mascarilla,
pero al menos pudiste continuar
respirando. No pudiste abrazar
y besar a tus padres, pero aprendiste
a decirles más veces ‘te quiero’.
Sí, el 2020 nos ha quitado
muchas cosas, pero nos ha
enseñado a valorar mucho
más las que tenemos.
¿Nos quedamos con eso?
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